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Los clientes afectados por las conocidas como cláusulas suelo  ganaron el pasado año el 98,3 % de las 9.326 sentencias dictadas por los juzgados de Primera Instancia especializados, según los datos contenidos en el anexo sobre esta materia que la Comisión Nacional de Estadística Judicial acordó incorporar a los boletines estadísticos el pasado año y que los letrados comenzaron a cumplimentar en el tercer trimestre de 2017. Poco antes, el 1 de junio, había entrado en funcionamiento el primer plan de urgencia sobre cláusulas abusivas.

Este plan consistía en la especialización de un total de 54 juzgados de Primera Instancia (uno por provincia en la península y uno en cada una de las principales islas Baleares y Canarias) para conocer de manera exclusiva, aunque no excluyente, asuntos como las cláusulas suelo, las hipotecas multidivisa, los intereses moratorios, el vencimiento anticipado, los gastos de formalización de hipoteca, entre otros.

Una sentencia, por otro lado, dictada recientemente por el juzgado de Primera Instancia número 15 de Málaga contradice la afirmación generalizada de que las empresas no pueden reclamar las cláusulas suelo. Una compañía del sector de la construcción ha ganado su juicio contra la entidad Cajamar, por lo que queda anulado el tipo mínimo de interés del 3,5% que esta Caja llevaba imponiéndoles desde 2006, año en que firmaron la hipoteca de una oficina que adquirieron para convertirla en sede de la compañía, subrogándose a la que había contratado en su día el vendedor del inmueble. El juez ha basado su fallo en que se considera probado que los demandantes ni aceptaron ni firmaron la cláusula suelo que le has supuesto un sobrecoste indebido de alrededor de unos 15.000 euros.

El juzgado malagueño aplica así la doctrina del Tribunal Supremo que permite declarar nula una condición general de la contratación (como es el caso de la cláusula suelo), aunque afecte a un profesional o empresa, si no supera el primer filtro de transparencia o control de incorporación, o resulta contraria a la buena fe y causa un desequilibrio importante entre los derechos y obligaciones de las partes.

Cómo saber si tengo cláusula suelo

La única manera de saber si una hipoteca tiene cláusula suelo es leyendo la escritura. Sin embargo, algo que parece tan sencillo, realmente no lo es. Y es que suele ocurrir que estas cláusulas vienen bien disimuladas, según se recoge en muchos de los pleitos perdidos por los bancos en los últimos años. De ahí que la ayuda de un abogado resulte casi imprescindible.

El Tribunal Supremo estableció en 2013 una serie de requisitos para que una cláusula de este tipo pueda ser considerada transparente y legal: Tiene que aparecer bien destacada sobre el resto de las que contiene el crédito hipotecario; no debe existir un techo desmesurado (no es lógico que el límite del que no bajará por mucho que lo haga el Euribor esté en el 2% o el 3% y que la tasa que no se superará por arriba aunque lo haga el Euribor sea del 15%); y el banco debe presentar al cliente, entre tres y diez días antes de firmar ante el notario, simulaciones de cómo podrían evolucionar los tipos de interés y de cómo el suelo podría afectar a su crédito, además de un estudio sobre otros productos hipotecarios.